Casi mitológica o filatélica
Diana apreció el sentido del humor del muchacho: rapaz, incisivo. Recordó la forma cómo él la abordó, cómo no dejó de hablar de una manera que contenía interés y desinterés al mismo tiempo. Ella era un poco más morena que trigueña, color que atribuía a la herencia de su madre veracruzana. Antonio pensaba a veces en lo mucho que había sido querido por esta mujer morena de caderas anchas y pechos pequeños, que le habló de "erección" y de "eyaculación" con su tono impersonal de médico novata, con sus reacciones incómodas y pudorosas cuando veía su miembro desaletargado con las venas insufladas de ansiedad mientras proclamaba con toda la elocuencia de su apalancamiento los anhelos del momento y, hablaba ella, entonces, con una ternura incomparable de los penes de los cadáveres en formol de sus clases de Anatomía y en la desazón del momento hacía comparaciones de tamaño que él no sabía cómo tomar. Antonio recordaba el moretón que como un faro púrpura quedaba irremediablemente en la barbilla de Diana después de una noche entera de sexo, (había algo de tónico en esa piel tibia y morena, o quizá en el batido de moras en leche que como única bebida preparatoria tomaban, o quizá en los dieciséis años que él tenía por entonces).
En plena calle, bajo el árbol de mango que después de la lluvia botaba sus frutos convertidos en un peligro, como en un gesto de malacrianza, Antonio pasó la lengua, que pronto le supo a sal, por los pechos de ella y escuchó su disculpa por lo apocados y ese día descubrió por sí mismo el concepto de “tetas aburridas”, -que con el transcurso del tiempo utilizaría muchas veces.
En la piel morena de Diana, suave y lisa, la natural y extendida ausencia de vellos en casi todo su cuerpo era interrumpida por dos vellos largos, rebeldes y tercos en su pecho izquierdo (que parecían como dos polizontes náufragos en un islote de olvidadas pretensiones volcánicas) y en su sexo ralo y lacio como una cabellera semialopécica. Antonio descubriría años después la rareza casi mitológica o filatélica que constituye el pubis completamente lacio en una mujer y siempre pensaba que si hubiera sido supersticioso lo consideraría como algún presagio por descifrar de los dioses. En los años posteriores hablaba con otras mujeres de la mujer del pubis lacio y les preguntaba si conocían a alguien con esta característica, pero nadie parecía saber de otro caso semejante.
Antonio llamaba “Chocolate” a Diana y a ella eso le cambiaba el orden de sus prioridades y le daba oportunidad para sentirse culpable, siempre sintió la palabra "Chocolate" como un baño que la acariciaba lentamente; años después haría que su novio, ahora su esposo, la llamara de esa forma, y aún hoy éste le dice así en la intimidad. Antonio volvería a utilizar la palabra Chocolate para llamar a otra mujer trigueña con igual éxito y mayor cálculo y descaro.
El recordaba las tardes junto a Diana, el tiempo que pasaban juntos mientras el sol caía valeroso y rojo ahí no más en el Oceáno Pacífico, echados los dos en el sillón o en la alfombra de pelos de alpaca en la sala de esa casa ajena y burguesa en la que se hospedaba ella mientras cumplía con su año de "Servicio social". Antonio asocia inevitablemente esa época de su vida, (a pesar de que una amiga historiadora con alma de bibliotecaria y ánimo reprimido, descubrió años después que algunas no corresponden rigurosamente al tiempo de sus encuentros con Diana), con canciones como "Hold me now" de los Thompson Twins, "Eye on the sky" de Alan Parsons - recordaba en particular el vídeo de dibujitos animados- "I love Chopin" de Gazebo, "Una niña, una historia", versión cover de La Pandylla, y algunas canciones de José José. En particular se veía a sí mismo cantando en la ducha con ademanes exagerados y ridículos una que decía: "... conmigo te mecías en el aire, volabas en caballo blanco el mundo y dudo que te pase igual con él ..." mientras Diana sonreía con una mirada llena de injustificada admiración y unos ojos que ya empezaban a alcanzar el grado de estupidez propio de los enamorados y que a él le asustó y le hizo apartarse de ella y de su estado que para sus adentros calificó como muy cercano al paroxismo.
En plena calle, bajo el árbol de mango que después de la lluvia botaba sus frutos convertidos en un peligro, como en un gesto de malacrianza, Antonio pasó la lengua, que pronto le supo a sal, por los pechos de ella y escuchó su disculpa por lo apocados y ese día descubrió por sí mismo el concepto de “tetas aburridas”, -que con el transcurso del tiempo utilizaría muchas veces.
En la piel morena de Diana, suave y lisa, la natural y extendida ausencia de vellos en casi todo su cuerpo era interrumpida por dos vellos largos, rebeldes y tercos en su pecho izquierdo (que parecían como dos polizontes náufragos en un islote de olvidadas pretensiones volcánicas) y en su sexo ralo y lacio como una cabellera semialopécica. Antonio descubriría años después la rareza casi mitológica o filatélica que constituye el pubis completamente lacio en una mujer y siempre pensaba que si hubiera sido supersticioso lo consideraría como algún presagio por descifrar de los dioses. En los años posteriores hablaba con otras mujeres de la mujer del pubis lacio y les preguntaba si conocían a alguien con esta característica, pero nadie parecía saber de otro caso semejante.
Antonio llamaba “Chocolate” a Diana y a ella eso le cambiaba el orden de sus prioridades y le daba oportunidad para sentirse culpable, siempre sintió la palabra "Chocolate" como un baño que la acariciaba lentamente; años después haría que su novio, ahora su esposo, la llamara de esa forma, y aún hoy éste le dice así en la intimidad. Antonio volvería a utilizar la palabra Chocolate para llamar a otra mujer trigueña con igual éxito y mayor cálculo y descaro.
El recordaba las tardes junto a Diana, el tiempo que pasaban juntos mientras el sol caía valeroso y rojo ahí no más en el Oceáno Pacífico, echados los dos en el sillón o en la alfombra de pelos de alpaca en la sala de esa casa ajena y burguesa en la que se hospedaba ella mientras cumplía con su año de "Servicio social". Antonio asocia inevitablemente esa época de su vida, (a pesar de que una amiga historiadora con alma de bibliotecaria y ánimo reprimido, descubrió años después que algunas no corresponden rigurosamente al tiempo de sus encuentros con Diana), con canciones como "Hold me now" de los Thompson Twins, "Eye on the sky" de Alan Parsons - recordaba en particular el vídeo de dibujitos animados- "I love Chopin" de Gazebo, "Una niña, una historia", versión cover de La Pandylla, y algunas canciones de José José. En particular se veía a sí mismo cantando en la ducha con ademanes exagerados y ridículos una que decía: "... conmigo te mecías en el aire, volabas en caballo blanco el mundo y dudo que te pase igual con él ..." mientras Diana sonreía con una mirada llena de injustificada admiración y unos ojos que ya empezaban a alcanzar el grado de estupidez propio de los enamorados y que a él le asustó y le hizo apartarse de ella y de su estado que para sus adentros calificó como muy cercano al paroxismo.
13 Comments:
¿Por qué me haces sonreír cada vez que te leo en este blog?
ahhh y qué lindo, mencionaste "veracruzana"....(aunque también hay muchas blancas, obvio, como en todos lados).
Un beso veracruzano
By Clarice Baricco, at 10:24 p. m., agosto 25, 2006
Clarice: siempre bienvenida, que bueno que sonries.
Saber que alguna sensacion (aunque sea buena) se causa es un buen estimulo para continuar con este vicio (inutil...?) de escribir.
Por algun motivo asocio Veracruz con una morena, ja, ja.
Un abrazo liberiano (del Oceano Pacifico de Costa Rica).
Lo mejor para vos.
By Heriberto, at 8:18 a. m., agosto 26, 2006
Vengo a agradecer tu huella en mi blog, a pesar de no poder darme el tiempo de leer todos tus escritos, me ha gustado tu mano.
Te dejo saludos y hasta la próxima... ;)
By Esmeralda, at 7:56 p. m., agosto 26, 2006
Qué calidad en esa prosa, en esa adjetivación. Imágenes potentes, bien definidas. Te felicito.
By Francisco Ortiz, at 2:59 a. m., agosto 27, 2006
He aquí un concepto que no había oído antes (y esto que lo he oído casi todo), que tampoco creí existiera: 'pubis lacio'
Linda historia de sexo condimentado con amor en niveles no tóxicos (o que no dejaron subir de nivel).
Siempre es grato leerte.
By Floriella, at 2:49 p. m., agosto 27, 2006
Me llamó mucho la atención el concepto de tetas aburridas. Es impresionante lo fluido de tu prosa. No es por brocha, lo digo con genuina admiración.
By Solentiname, at 6:36 p. m., agosto 27, 2006
Francisco: siempre bienvenido y gracias por el concepto emitido. Saludos y lo mejor.
Hola Floriella: pues si, es raro, como"mitologico o filatelico", ja, ja. Despues de haber escrito esto descubri en "Los ojos y la boca" la novela de Ricardo Martin el mismo concepto y la misma fascinacion (tardia). Siempre bienvenida, saludos y lo mejor para vos.
Solentiname ( o Sole como veo que te llaman tus amigos): siempre bienvenida, gracias y nos leemos.
Lo mejor.
By Heriberto, at 6:47 p. m., agosto 27, 2006
Heriberto...
Excelente... es bueno leerte y darse una escapadita mental de la oficina.
Diana..., amigo ese es el nombre de la musa que me ha alterado los últimos posts... jeje. y viene a aparecer por acá.
La mía eso sí, no se ve de "tetas aburridas"... pero muero de ganas por averiguarlo.
Saludos.
Zunga
By Anónimo, at 11:34 a. m., agosto 28, 2006
Zunga: siempre bienvenido. Adelante con la musa, buena suerte y a echarse al agua, no hay otra.
Saludos.
By Heriberto, at 5:40 p. m., agosto 28, 2006
Heriberto: tu post está tan bueno que espero la segunda parte... Sencillamente me dejaste picao.
By Homo surfus, at 11:38 a. m., agosto 29, 2006
Ay h.surfus me ponés en un compromiso, no ves que el mae jaló y no volvieron más a comer ceviche de chuchecas a La Guajira,ni a comer pizza con queso de leche de vaca rala donde Cepillín, ni a sentarse en el tronco allá por el estero, ni fueron nunca más a recoger tamarindos los domingos en la tarde a playa de Panamá.
Siempre bienvenido.
By Heriberto, at 4:19 p. m., agosto 29, 2006
Heri, creí que se iba a arrepentir el mae. Siempre pasa. Oiga, qué tal si invitamos a Floriella al Souk Santana a fin de año? Después de pasar por la Guajira, claro. Además Flo es VIP vitalicia en ese chante. Saludos.
By Homo surfus, at 4:23 p. m., agosto 30, 2006
Homo Surfus: yo me apunto, yo me apunto.
No sé qué es el "Souk Santana" pero suena bien. Además aquí no hay ceviche de piangua tan bueno como el de La Guajira, ah y Floriella es muy buena nota.
Saludos y siempre bienvenido.
By Heriberto, at 6:10 p. m., agosto 30, 2006
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